Por mucho que creamos que tenemos la suerte de nuestro lado, siempre es una sorpresa cuando nos llevamos un premio, y esta es aún mayor cuando el tan esperado premio nunca llega o, por lo menos, no lo quieren pagar. Esto es lo que le sucedió a un hombre argentino, al que le tomó dos a?os recibir su tan esperada ganancia. Si quieres conocer algo más de esta increible historia, ?continúa con nosotros!
El contexto: ?Cómo ser millonario por un día?
El 7 de junio del a?o 2022, Antonio Miranda, un obrero vecino de Luis Piedrabuena, decidió pasar su periodo de descanso jugando unos pesos en las máquinas tragamonedas. Sin tantas esperanzas, pero con la esperanza siempre viva, Antonio apostó $6.000. Pero todo cambió cuando, de un momento a otro, la máquina anticipó el deseo de muchos jugadores de azar a nivel mundial: un millonario premio.
En tan solo unos segundos las luces y la máquina revelan una sorprendente ganancia de 100 millones, ?para no creer! Antonio no sabía qué pensar, hasta que se comienzan a acercar los asistentes de sala a felicitarle y todo se torna más real. Pero, muy a su pesar, no todo resultó color de rosa: el casino se niega a pagar.
Un grandioso premio que no llega: Las razones
A pesar de la emoción en la sala y la sorpresa del afortunado Antonio, la jefe de sala se acerca con el argumento de que el premio no es válido y procede a apagar la máquina, sin notar que Antonio había sido lo suficientemente precavido como para tomar una foto a la pantalla. Para el casino la máquina tenía un desperfecto y, por tanto, el casino no podía pagar el premio.?
Lo que no esperaba el casino es que Antonio no se quedaría con las manos cruzadas; por el contrario, este argentino acudió a la Comisaría 1o de la capital provincial y a Defensa del Consumidor. Desde allí y en compa?ía de su abogado, Antonio inició un proceso en contra del establecimiento por la constante negativa a pagarle su premio justamente ganado.
?Cómo se resolvió?
Pasó el tiempo y el proceso seguía avanzado; en total, la resolución tomó un poco más de dos a?os. Finalmente, la empresa resolvió no continuar con la demanda en su contra, la cual ya había derivado en un complicado juicio. De acuerdo con lo mencionado por el abogado, solo unos días antes de que se iniciará el juicio, la empresa llamó a los demandantes para llegar a un acuerdo a través de un contrato de confidencialidad.
Antonio y su abogado lo terminaron penalizando y, por supuesto, aceptando.
Sin duda, es una historia de no creer que, a pesar de la espera, tuvo un final conveniente para Antonio, permitiendo que su maravillosa suerte por fin diera frutos.